Eliminación de las pistas temporales: se suprimen elementos concretos de vestuario, arquitectura o referencias culturales, con el objetivo de dotar a la narración de un carácter atemporal.
Ambientación genérica: se construye un universo visual que evoca un pasado impreciso, sin anclajes históricos concretos, lo que permite que la obra funcione como una alegoría o metáfora universal.
Este recurso narrativo y estético abre la posibilidad de que la película trascienda su contexto histórico y se convierta en una reflexión más amplia sobre la condición humana, las relaciones sociales o los conflictos universales.
La película de época no debe entenderse únicamente como una reconstrucción histórica, sino como una herramienta narrativa que puede oscilar entre la fidelidad documental y la reinterpretación estilizada. Su eficacia depende de la coherencia estética y de la capacidad del equipo artístico para transmitir al espectador una atmósfera convincente, ya sea rigurosamente histórica o deliberadamente atemporal.
Tiempo: definir el momento exacto, evitando ambigüedades.
Lugar: precisar la geografía, la arquitectura y el entorno urbano o rural.
Cultura: reflejar costumbres, códigos sociales y simbología propia del contexto.
Estilo: establecer una línea estética que traduzca visualmente la identidad de la época.
Un diseño que difumina la precisión del tiempo y del lugar aporta poco a la representación visual de la historia, ya que priva al espectador de referencias claras y reduce la fuerza narrativa de la puesta en escena. Por el contrario, la especificidad temporal y cultural permite construir universos sólidos, verosímiles y ricos en matices, que potencian tanto la inmersión del público como la calidad artística de la obra.
La precisión en el diseño no debe entenderse como una mera reconstrucción documental, sino como una herramienta narrativa que otorga densidad y coherencia al relato. La labor del departamento de arte consiste en transformar la investigación histórica en un lenguaje visual capaz de sostener la dramaturgia, evitando la vaguedad y asegurando que cada elemento escenográfico, cromático y estilístico contribuya a la identidad de la película.
Las historias ambientadas en una época atemporal o indefinida representan uno de los mayores desafíos para el diseñador de producción. La ausencia de referencias explícitas exige una construcción visual extremadamente cuidadosa, ya que el espectador, de forma intuitiva, reconoce y asocia elementos como la arquitectura, la decoración, el peinado, el vestuario y las costumbres con contextos históricos específicos. Si estos elementos se presentan de forma incoherente o difusa, se corre el riesgo de desarraigar la historia, debilitando el vínculo emocional entre los personajes y el público.
Para establecer una sensación de lugar sólida y funcional, es necesario definir con precisión los siguientes factores:
Ubicación geográfica: país, ciudad, pueblo, calle o región.
Naturaleza del entorno: ¿transcurre en tierra firme, en el agua, en una isla, en el aire, en el espacio exterior o bajo el agua?
- Universo narrativo: ¿es un mundo realista o imaginario (como Oz, Pleasantville o Arakis en Dune)?
Escala espacial: ¿la acción se desarrolla en una habitación, un apartamento, un edificio, un paisaje abierto?
Coherencia estilística: ¿existen contrastes entre escenarios o se mantiene una atmósfera homogénea y conectada?
Estos elementos deben integrarse en función de factores socioculturales que rigen la vida en ese entorno: arte, economía, política, religión, comportamiento social y costumbres. El diseño de producción no solo construye espacios físicos, sino que traduce visualmente el tejido social y simbólico de la historia.
La lógica detrás de cada elección
El director italiano Federico Fellini lo expresó con precisión:
“Jamás rodaría una película en Estados Unidos porque no sabría qué zapatos usaría el actor.”
Este comentario revela la importancia de los detalles aparentemente menores, que en realidad son portadores de significado narrativo y cultural. El calzado, como cualquier otro elemento del diseño, sitúa al personaje en un tiempo y lugar concretos, y contribuye a la construcción de su identidad.
El director italiano Federico Fellini lo expresó con precisión:
“Jamás rodaría una película en Estados Unidos porque no sabría qué zapatos usaría el actor.”
Este comentario revela la importancia de los detalles aparentemente menores, que en realidad son portadores de significado narrativo y cultural. El calzado, como cualquier otro elemento del diseño, sitúa al personaje en un tiempo y lugar concretos, y contribuye a la construcción de su identidad.
El género como eje del diseño de producción
Western
Escenarios geográficos recurrentes: desiertos, cañones, pueblos fronterizos.
Arquitectura característica: fachadas de madera, paredes de piedra tosca, cocinas con tabiques de madera y pizarra para registrar comidas.
Elementos icónicos: puertas batientes, carros tirados por caballos, diligencias y trenes de vapor.
Narrativa visual: el progreso frente al conflicto, representado por la llegada del ferrocarril y la lucha contra los “tipos malos” con sombreros negros.
Ejemplo: El hombre que mató a Liberty Valance (John Ford), con diseño de Hal Pereira y Eddie Imazu, y escenografía de Sam Comer y Darrell Silvera.
Ambientación: dramas criminales urbanos en clubes privados, bares, fábricas y callejones oscuros.
Recursos visuales: iluminación contrastada, atmósferas cargadas de tensión y peligro.
El cine noir clásico de posguerra se rodaba en blanco y negro, reforzando la estética sombría.
Temática: la cárcel como consecuencia inevitable del estilo de vida criminal.
Escenarios tradicionales: castillos góticos, casas embrujadas, pantanos, laboratorios de científicos locos.
Influencias: fuerte presencia del expresionismo alemán en arquitectura y decoración.
Variantes contemporáneas: entornos suburbanos o urbanos, con acción en cualquier momento del día.
Objetivo visual: generar inquietud y atmósferas perturbadoras que potencien la tensión narrativa.
El escenario se convierte en protagonista: celebración del espacio teatral.
Convención narrativa: personajes que irrumpen en canto y baile, liberando al diseñador del realismo estricto.
Estilo visual: espectáculos expresionistas, llenos de color, dinamismo y entretenimiento.
Función: transmitir alegría, energía y dramatismo a través de la coreografía y la escenografía
Convenciones: exploración planetaria, sistemas solares alternativos, vehículos espaciales.
Temática: la ciencia se fusiona con la fantasía, dando lugar a extraterrestres, especies mutantes y futuros imaginados.
Implicaciones para el diseño: libertad creativa para diseñadores, equipos de efectos visuales y maquilladores.
Objetivo: expandir la imaginación y construir universos visuales inéditos.
Escenarios: campos de batalla, ciudades devastadas, selvas, playas.
Elementos recurrentes: combates aéreos, marítimos y terrestres; tanques, helicópteros, aviones y armamento variado.
Particularidad: este género suele requerir colaboración con instituciones militares para la obtención de armas, equipo y asesoría técnica.
Estilo visual: crudeza, realismo y representación del caos de la guerra.
El género cinematográfico constituye un marco de referencia indispensable para el diseño de producción. Cada género posee convenciones visuales y narrativas que orientan la construcción de escenarios, la elección de materiales, la paleta cromática y la atmósfera general de la obra. El reto del diseñador de producción consiste en equilibrar la fidelidad a las tradiciones del género con la innovación creativa, ofreciendo al público una experiencia visual auténtica y memorable.
- TIEMPO Y LUGAR
- LA INVESTIGACION

